La humanidad es la más reciente especie experimentando un estado de despertar espiritual. Nuestra misión para este periodo de evolución es regresar a nuestro estado original, donde somos uno con todo. Para lograrlo, debemos ascender hacia un ser más puro y sublime.

Nigredo es el génesis de la transmutación de la materia y la trascendencia del alma. Un proceso de putrefacción de la materia en el cual sus partes terrenales son purificadas y diluidas hasta alcanzar su estado esencial para transformarse en una sustancia superior. Esta descomposición de la materia es la misma poesía con la que se narra la Noche Oscura del Alma. Un estado de calcinación y purificación de nuestros sistemas de creencias, identidad y personalidad que ya no nos sirven. En este estado, nos reducimos a nuestra esencia misma. Es un doloroso desapego de ciertos marcos conceptuales que adquirimos a lo largo del desarrollo y que son programados en nuestra conciencia. Durante la Noche Oscura del Alma, experimentamos una expansión de conciencia, que simboliza la iniciación de la materia. A través de éste proceso alquímico, somos llamados a explorar las profundidades de nuestro espíritu, logrando una comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Sin embargo, esta experiencia espiritual no es placentera, ya que la agitada naturaleza de la vida moderna, no brinda oportunidad para la introspección en medio de las presiones del trabajo y la sociedad, privándonos así de nuestro mundo interior.

Nigredo es la representación la negrura de la materia prima. Las imágenes evocan una profunda transformación espiritual que depura la esencia del ser, invitando al observador a enfrentar su propia sombra y a integrar la obscuridad con un mayor entendimiento de uno mismo y de la existencia en todas sus formas.